Desde que entré en la carrera siempre había tenido ganas de conocer Köln, ya que tuve en primero una profesora que hablaba muy bien de la ciudad y varios amigos míos habían estado allí. Además, este año vive en Druisburg una amiga mía, que conocí en Heidelberg en verano y tenía muchas ganas de verla. Así que en cuanto salió una excursión con la universidad ni me lo pensé.
Sinceramente, la ciudad me decepcionó un poco. No es que sea fea ni nada por el estilo, pero todo se reduce a una sola cosa: la Catedral. Creo que ha sido de las mejores que he visto en mi vida, si la de Strassbourg me impresionó esta ya me dejó sin palabras.
Y como digo siempre, es mejor que lo veáis vosotros mismos ¡así que aquí va un reportaje!
Además, la catedral no solo es imponente por fuera, sino que por dentro es preciosa también, aunque como el de las catedrales góticas vacía y oscura pero con unas vidrieras alucinantes, como se ve en la fotografía.
Y aunque la catedral sea lo más destacado de la ciudad, también tiene otros lugares bastante chulos, como uno de los puentes y las famosas cuatro casitas de colores detrás de la catedral. Además, al otro lado del río había un mirador desde donde se veía toda la ciudad.
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Vistas de la catedral y el puente desde el mirador |
Bueno, y también estaba montado el mercado de Navidad a los pies de la Catedral donde estuvimos el resto de la tarde antes de volver a Heidelberg, así que aquí os dejo unas fotos también.
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Kölner Glühwein |
Y por último os dejo una foto con mi cordobesa preferida, que como os dije antes la conocí este verano en Heidelberg, y me hizo mucha ilusión reecontrarme con ella después de varios meses.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Como veis aunque de Köln se destaquen menos cosas que de otras ciudades, merece muchísimo la pena ir a visitarla, así que ya sabéis.