sábado, 24 de noviembre de 2012

Mr. Fahrenheit in Heidelberg

Pre-Erasmus y primer mes


Bueno pues yo, el que nunca iba a hacerse un blog y menos para contar su vida en Alemania lo ha hecho. Vamos, tampoco es nada nuevo porque siempre he jurado y perjurado que nunca me haría más redes sociales, y creo que tengo todas las habidas y por haber. ¿Por qué me lo hago? Tal vez porque son las 2.53, tal vez porque me gusta contar mi vida aunque a la gente no le interese, tal vez porque he leído los blogs de otros chavales que están igual que yo o quién sabe, pero aquí os voy a dar el coñazo durante el resto de mi estancia aquí.

Es un poco tarde para empezar a escribir sobre ello, teniendo en cuenta que estamos ya a 23 de Noviembre y que llevo aquí desde el día 5, así que voy a ir paso a paso y publicaré ahora más entradas contando lo que me ha pasado. 

El caso es que aunque lleve aquí desde el día 5, conocí Heidelberg bastante antes, el 5 de Agosto, para ser exactos pisaba Alemania por primera vez, después de un día en la feria de Ceuta, con la misma ropa y sin haber dormido en 27 horas (excepto cabezadas en el vuelo, claro). Pero allí estaba, bajando del avión con una sonrisa en la cara y preguntándome qué me depararía en la pre-Erasmus que estaba a punto de vivir. 

Antes que nada, voy a publicar unas fotos para que veáis que enamora. 


La famosa puerta del Altebrücke, puente viejo de la ciudad. 

Estas son las vistas desde el Philosophenweg, un camino por una de las montañas que rodean la ciudad. 

Paseo en barcas por el Neckar, río de la ciudad.
Vistas del Philosophenweg. 


Vistas de la ciudad desde el castillo. 

Gente con los que estuve en verano, muy grandes. 
Como veis, la ciudad no tiene nada de fea, todo lo contrario. Pues fueron tres semanas geniales, fue una experiencia inolvidable que es difícil expresar con palabras y de los que me llevo este gran recuerdo, el cual cuelga en mi habitación esta noche.


Esas tres semanas no solo fueron tiempo de fiesta, conocer gente y demás. También me sirvieron para hacerme mucho más independiente. Pero al fin y al cabo, esa experiencia no era lo que iba a vivir durante este curso, no dejaban de ser unas "vacaciones", de las cuales siempre les estaré agradecido a mis padres, todo hay que decirlo.

Volví, bastante triste por cierto, a España y tras un Septiembre de despedidas a primeros de Octubre puse rumbo a Cádiz, y el día 4 a Málaga, a un pequeño hostal en el que iba a pasar, no solo la noche anterior al comienzo de la Erasmus, sino también donde iba a cumplir mis 20 años. Y en efecto, a las 00.00 de la noche empezó a echar humo el móvil con tweets, whatsapps y llamadas de gente a la que iba a estar tres meses, o más en algunos casos, sin ver.

Un par de horas después pusimos rumbo al mismo aeropuerto del que había partido dos meses antes. Y allá fui.

También hay que decir que ese día, el de mi cumpleaños, estuve en tres países; España, Francia y Alemania, debido a la escala del vuelo.

Llegué a Heidelberg cerca de las 6 de la tarde, y en vez de estar contento como se suponía que debe estar todo estudiante antes su Erasmus, estaba melancólico. Estaba otra vez allí, pero a la vez ya echaba de menos España (he de decir que ya no me pasa eso) y no pude parar de acordarme de aquellos con los que había compartido mi primera experiencia alemana y que ya no iban a estar.

Esa misma noche salí, no todos los días cumple uno 20 años, pero me recogí pronto porque el cansancio podía conmigo.

Poco más he de decir del comienzo de mi estancia aquí. El primer mes fue algo agobiante; muchísimo papeleo que rellenar, escoger asignaturas, sumar una y otra vez el número de créditos (creo que fue lo peor, dado lo bien que se me dan las matemáticas), enviar correos a profesores, que te contesten con un "sí, estás admitido" o un "no, búscate otra clase", empadronarte, hacerte una cuenta en el banco y a eso le sumas buscar otro sitio donde vivir, ya que mi piso, aparte de tener por compañero a un DJ que no dejaba de pinchar música algo simpático era bastante caro.

Pero finalmente acabé con todo el papeleo y conseguí una habitación en una residencia donde están todos, o la mayoría, de los Erasmus.

En cuanto a las clases, he de decir que es otro nivel. Creo que nunca he ido a una clase con ganas. A todo ello sumando que doy literatura y que los profesores son geniales.

Acostumbrarse a Heidelberg de nuevo no ha sido difícil en absoluto, dado que al haber estado aquí antes ya conocía la ciudad bastante bien y me conocía todos los sitios clave.

Sitios claves como dónde comer, el famoso Mensa para estudiantes, dónde está el médico, pero también donde salir de fiesta porque claro, siempre hay tiempo para pegarse un buen baile en una discoteca. Os dejo unas fotos, y también de Halloween, ya que creo que ha sido la primera vez que lo he celebrado cual americano.




También creo que me falta decir que estoy conociendo gente fantástica. Una de las pocas pegas que tengo es que me junto con bastantes españoles, por eso estoy buscando un grupo de guiris al que unirme, no me he venido de Erasmus para hablar español siempre, y menos estudiando traducción. 

Creo que esto es todo para mi primera entrada. En las próximas hablaré de los pequeños viajes que hemos estado haciendo, que no son pocos la verdad. 

Espero que no haya sido tan coñazo y enhorabuena si has llegado hasta el final. 

Tschüs! 

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