jueves, 26 de febrero de 2015

Mr. Fahrenheit in Lisboa III + Percebeiros' Roadtrip

Probablemente, de entre todas las entradas escritas desde que pisé Alemania, esta sea la que tiene el título más largo, pero llevaba bastante tiempo sin escribir y Enero y Febrero, especialmente este último, han sido los dos más ajetreados desde que llegué a la capital portuguesa.

Antes de nada, mención especial a la vuelta a España, de la que no hablé en la entrada anterior, ya que me reencontré con muchísimos de mis amigos y procedentes de muchos lugares (incluso alguna gran amistad surgida en Alemania). Fue maravilloso volver a verlos a todos ellos y eso que me faltó alguno que otro. 


Ser popular es agotador
A la vuelta a Lisboa, tuvimos que empezar a enfrentarnos a aquello que todos temíamos y que sabíamos que tarde o temprano llegaría: la marcha de quienes solo se quedaban un cuatrimestre. Sin embargo, nos lo tomamos con filosofía; lo que tuviera que llegar ya llegaría y mientras disfrutaríamos de lo que nos quedaba a todos juntos, que no era poco. 

Febrero comenzó con la llegada de una persona a la que no veía desde que me marché de Alemania precisamente. Ana estuvo aquí unos cinco días que fueron más que suficientes para que conociera a mis amigos de aquí y casi todos los rincones tan mágicos que Lisboa tiene para ofrecer. 



Uno de los últimos días que estuvo aquí fuimos a escuchar fado; ese típico cante portugués que es expresa de manera impecable el famoso sentimiento de la saudade que impregna a todo Portugal y sus habitantes. Pocas personas que vayan a escucharlo, que no a oírlo, serán capaces de permanecer indiferentes. 

Fado na Tasca do Chico
Mientras tanto, en el piso, como siempre y más aún después de Navidades, mis compañeros iban marchándose y otros nuevos llegaban. Es bastante raro cambiar continuamente de compañeros; por un lado echas bastante de menos a los antiguos pero por otro lado conoces a gente nueva constantemente. Ya luego cada uno puede decidir qué es mejor o qué no. 

The old gang
The old + the newbies! 
Antes de la marcha de nuestros gallegos, y dado que uno de ellos tenía su coche aquí, hicimos una especie de Roadtrip de un día en el que conocimos Fátima, Nazaré y volvimos a Óbidos. Nazaré es una ciudad con preciosos landscapes, Fátima me decepcionó bastante al ver como la religión se convierte en un negocio y Óbidos tan maravilloso como la primera vez. 

Óbidos' castle

Fátima 

Nazaré, bajando del faro
Al día siguiente de este pequeño roadtrip se iban los gallegos, así que esa noche fue la última noche percebeira. Hasta la próxima vez que podamos reencontrarnos, que esperemos sea dentro de poco. 

Percebeiros
A mediados de Febrero tienen lugar, como todos los años en cualquier parte del mundo que se precie, los Carnavales. Este año Cádiz me pilla un poco lejos pero no por ello iba a quedarme sin celebrarlos. Aquí en Portugal es Torres Vedras el lugar donde tienen más importancia, así que hacia allí fuimos con nuestros disfraces para pasar una de las mejores noches vividas hasta ahora. 


Y a la semana siguiente comenzaron a irse ya definitivamente. Se habían estado yendo desde finales de Enero, alguno incluso dio el adiós definitivo allá por Diciembre pero hasta que la última no se fue, no se hizo del todo realidad. Parece que fue ayer cuando todo esto comenzó; una experiencia única e incomparable a Heidelberg en muchos sentidos; siempre diré que viví cada una de una manera distinta y que no por ello una es mejor que la otra. Así que, haciendo de tripas corazón, dijimos adiós. No fue tan fácil como en Heidelberg, donde solo una persona importante volvió. Aquí son muchos los que se han ido y muchos de ellos, por no decir todos, insustituibles. 



Tanto en el piso como en el grupo Erasmus ha habido renovaciones, idas y venidas. Algunos volverán y a todos los volveremos a ver en algún momento aunque esto se acabe y para muchos, estas amistades no han hecho nada más que empezar y eso es lo que importa. De todos modos y, aunque no me gusta comparar, si Heidelberg tuvo una segunda etapa al cambiar de cuatrimestre, en Lisboa se va a vivir lo mismo. A pesar de echar de menos a los que se fueron y saber cuál es el verdadero significado de la saudade, conoceremos nuevas personas, algunos llegarán a ser tan importantes como los que se fueron y, sobre todo, seguiremos disfrutando de todos los rincones, lugares y personas que esta magnífica y maravillosa ciudad tiene para ofrecernos.