Y la verdad que estos últimos meses han estado bastante moviditos, a decir verdad. No solamente hemos viajado, como he contado en otras entradas, a sitios espectaculares, sino que en Heidelberg tampoco han dejado de suceder cosas, y todas ellas buenas. Vayamos por partes.
El primer acontecimiento importante que pasó fue la fiesta del Thingstätte, el anfiteatro de época nazi que hay en el Philosophenweg, en lo alto de la montaña, vamos. Esta fiesta tiene relación con Halloween, pero mientras la primera es la llegada de las brujas a las puertas del invierno, esta lo es para la llegada del bueno tiempo, y próximamente el verano. La fiesta consiste en que los jóvenes suban de noche a anfiteatro con antorchas, cual caza del lobo. Tuvimos un poco de mala suerte porque llovió un poco y hubo mucha menos gente, pero eso no evitó que nos lo pasáramos genial.
Unos días después, descubrimos el Mandy's (bueno, ya sabíamos que estaba allí, pero nunca habíamos ido). Es un bar dentro de un vagón de tren a lo más estilo años cincuenta en U.S.A. Totalmente al estilo de Grease, y nos pusimos las botas.
Días después tuve el honor de recibir la visita de Cris Gafapaste, una compañera de la UPO en Sevilla que está haciendo su Erasmus en Köln, y que se moría de ganas por venir a verme. Y sinceramente, la ciudad le encantó. Aquí os dejo unas fotos del fin de semana que pasó aquí.
Además, le pilló aquí el "día americano" que conmemora la liberación de Heidelberg por parte de los estadounidenses durante la II Guerra Mundial. A raíz de ese hecho, hay bases militares en la ciudad y se fijó dicha celebración, en la cual se celebra una regata y hay fuegos artificiales por la noche.
Sin embargo, no todo es celebraciones, ya que hubo una pequeña manifestación en contra de este día, debido a la política del país.
Esa semana, fue el Fabergefühle Festival, o fiesta de la pintura. Un festival de dos días al aire libre en el que nos daban una bolsa con pintura, de ahí el nombre de la fiesta, obviamente. Mejor ved las fotos. Fue un día increíble.
Y bueno, a finales de Mayo principios de Junio tuve la segunda visita de Pablo con Gema y Marta, de Saarbrücken. Esta vez se quedaron más tiempo, un fin de semana entero. Y descubrieron que la ciudad es mucho más bonita en esta época del año y volvieron a visitar los mismos sitios (ya que Marta no vino con ellos en Noviembre) pero con otra persepectiva. Tuvieron la suerte de ver la ciudad en pleno mercado navideño y a la entrada del verano.
Sin embargo, y paradójicamente la llegada del mes de Junio no fue tan veraniega como se esperaba, ya que las lluvias causaron inundaciones por muchas partes de la ciudad, y también por otras regiones del país.
Pero, aunque el buen tiempo veraniego del que estoy más acostumbrado aún no haya llegado, las inundaciones y lluvias se fueron, y cada vez más nos van dejando treguas que podemos aprovechar haciendo barbacoas a orillas del Neckar y pasando allí tardes muertas.
No obstante, ya se nota que el fin se acerca, tanto en los que se alegran por su inminente regreso a España, como para los que no deseamos movernos. Ya comienzan a celebrarse las fiestas de despedida, de hecho ya hemos tenido una, y cada vez nos preocupamos más por comprar los billetes del último vuelo y cómo lograr enviar todo lo que hemos estado acumulando durante un año entero de vuelta a España.
Yo siempre he mantenido que me va a costar bastante volver a adaptarme a mi vida en España, que desgraciadamente es la vida real, pero qué queréis que os diga; también hay ganas de volver a ver a los que están allí (aunque los he podido ver durante este año de un modo u otro) y pasar las horas leyendo en las playas de Cádiz.
Y como siempre que acabo una entrada sobre la vida en Heidelberg, unas fotos de nuestras salidas nocturnas.
Auf wiederlesen!